28 de febrero de 2011

Siempre a tu vera

Tienen la rara habilidad de dar sin pedir, de ofrecer seguridad, de resolver conflictos por sí mismos, entregar y dar cariño táctil sin ningún tipo de comentario o crítica.
No te critican por lo que haces ni cómo lo haces, en realidad no saben qué es eso. No te envidian por lo que tienes o no tienes. No se enfadan cuando tú te irritas y sin embargo les duele que te enfades porque se asustan.
 Tienen la habilidad de ser intuitivos, de conseguir que sonrías, que te esfuerces, que camines. Tienen la habilidad de ser pacientes cuando estás estresado o estresada y estornudar cuando enfermas, quedándose horas y horas junto a ti hasta que mejores, incluso la vida misma darían si hiciera falta.
Tienen la habilidad de estimular procesos de socialización , de escuchar sin hablar y responder con mucha más expresividad que mil cuentos.  Son hábiles para    introducirse en tu corazón y lanzarte una especie de bocanada de aire fresco, no contaminado, no idiotizado, no envenenado. Son capaces de envejecer contigo y decirte siempre la verdad.
Son artistas. Descubridores natos de tu empatía, de tu ternura, de tu cariño, de tu compasión… y todo eso, sin que tú se lo digas. Tienen la habilidad de descubrirlo por sí mismos. Saben mirar al objetivo y pocas veces se equivocan.
Son ellos, aunque hayan sido abandonados, artistas sanadores de mil y un malestares.  
Adopta un perro, verás que aún no lo has aprendido todo. Y si adoptas un gato… comprobarás  que te faltará tiempo para hacerlo.
     

0 Deja tu comentario.:

Publicar un comentario