Bajo un conflicto de horas que se escapan, bajo un torbellino de segundos que muerden y bajo el mal momento que es inevitable vivir, de todos los problemas que tenemos y conocemos y de todos los malos sueños que nos intentan convencer de que, después del horizonte de la realidad no hay nada más que mas realidad, damos las gracias.
A Sandra, a Sonia, a Rosa, a Rebeca, a Raquél... a todos, a todas, a toda esa cadena humana con nombre y apellidos que a veces hace posible lo imposible, que puso intenciones donde parece que no había más que espinosos y lúgubres huecos finitos de ingratitud e inquietantes y a veces insoportables esperas.
Pusimos nombre al abuelo perro y le llamamos Yayito y ojalá pronto, muy pronto , como Celet , duermas ya caliente en una esquina hermosa aunque sólo sea tras un pequeño ventanal ajeno a este mundo que no logra comprender.
Pero no te preocupes, nosotros tampoco a veces lo comprendemos.
Perdonamos tu incomprensión , es algo así como, asumir un poco mejor la nuestra.
Bajo este caos injusto e insensible, acomodado intencionadamente en una profunda y dolorosa indiferencia institucional , lo que no queremos bajo ningún concepto olvidar: saber que estás ahí, que sin tu ayuda, es más que posible que los ánimos se hubieran escondido en cualquier zona abisal oscura donde el silencio y la escasa luz , hubiera construido no un mal sueño sino una horrible pesadilla.
GRACIAS. POR TODO LO DEMÁS.
GRACIAS. POR TODO LO DEMÁS.
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