30 de enero de 2011

Cuando el cariño se queda huérfano ( Dinkel y Dinki)

No nos gustaría estirarles tanto el futuro que se rompieran, hace muy pocos días, contábamos la historia de estos pequeños dramas, su dueño, fallecido, tal vez no dejó escrito su deseo.
Aparecieron atadas en el albergue.  Días después, ya con un poco de paciencia, haciendo hueco en huecos, poniendo aquí en allá y en su lugar un poco más de esquina, se aposentaron tranquilas en un cuarto  donde el sol no llega y la humedad se siente.  Un poco menos estresadas que no desubicadas esperan su futuro, que alguien las adopte ya, juntas como antes estaban, que no sean separadas, que terminen su historia como la empezaron y que nadie, absolutamente nadie doblegue voluntades o deseos, si es que irracionales dudaron de su existencia.
A pesar de su aparente   y forzado genio, son cariñosas, tranquilas, inmersas en un mundo extraño ahora mismo pero para ellas, deseamos un hogar lo más urgente posible, no son perros de refugio, son carne de pesadilla, son ternura con patitas, alejadas del bullicio, de los ladridos, de las jaurías y de la supervivencia.
Con un poquito de paciencia conseguimos ponerles un poco de abrigo en sus cuerpecitos y de algún modo decirles que no íbamos a hacerles daño, que pasarían frío pero hambre y ausencia de respeto no. Conseguimos hacerles unas cuantas fotos.  Están muy asustadas, posiblemente porque el cambio ha sido brutal pero aquí están de nuevo, comiendo, abrigadas y esperando que el presente más inmediato decida adoptarlas a las dos juntas.
Su dueño, allá donde esté, así lo querría y nosotros, meros transmisores  y mensajeros altruistas de esta cruel realidad, nos conformamos con que se vayan juntas a  un  lugar mucho más confortable y apacible. Buscamos un hueco, un solo hueco para ellas.  
Parece un poco injusto separarles. No seamos los humanos, harto impresentables en ocasiones, quienes rompamos su diálogo.  Se escudan una a la otra, se protegen mutuamente ,  cuerpos de no más de  cinco kilos.  Cansina recomendación, pesado y   presente machacón ,  aquí están, vivas. Ojalá vuelvan a caminar juntas. No es mucho el lugar que ocupan y no es demasiado lo que piden. Una esquina .  
Todos los abandonos son dolorosos.  Este es uno de ellos. 
Un solo hueco, que no se separen, que nada logre separarlas. Aquí  de nuevo, Dinkel y Dinki. Suerte. 



POR FAVOR, UNA CASA DE ACOGIDA O UNA ADOPCIÓN CONJUNTA. ES URGENTE ENCONTRARLES UN HOGAR JUNTAS. NO LAS SEPAREMOS. 

  

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